Y el pasado fin de semana tocaba nuevo destino: Almaty, en Kazakhstan. Este ya estaba previsto desde hace tiempo ya que, inconscientemente, le hice caso a un amigo inglés. Compré el billete, tras oir cantos de sirenas para, entre otras cosas, ver el partido de fútbol clasificatorio para el Mundial de Sudáfrica Kazakhstan - Inglaterra (paralizó a medio Mundo :P).
Algunos datos que yo desconocía.
Kazakhstan es el 9º país más grande del Mundo en cuanto a extensión. Su capital es Astana, no Almaty (similitud entre Abu Dhabi y Dubai) desde 1997. Fue la última de las ex-repúblicas soviéticas en independizarse en 1991. Por lo visto, su presidente (desde su creación en 1991), Nursultan Nazarbayev, ha decidido que no se va a ir del cargo hasta que muera, por lo que podría ser considerada una especie de dictadura. El idioma de comunicación es tanto el kazajo como el ruso, así que con mi inglés no podía llegar muy lejos. Los rasgos de los kazajos mezclan los de los rusos, chinos, mongoles...
Almaty es similar en cierta medida a Teherán (Irán) en cuanto a 3 aspecto: está construido en cuesta (aunque no tan empinada como la capital iraní), está rodeada de montañas nevadas en las que se puede esquiar muchos meses al año (relativamente cerca hay montañas de más de 7.000 metros) y su aire sabe a polución. Por lo demás, la ciudad es una perfecta cuadrícula (de calles, o de árboles, ya no sé, porque debe ser una de las ciudades con más vegetación del mundo).
Cosas para ver. Pocas. Un parque (Panfilov Park) en donde hay ciertos monumentos en honor a las víctimas de alguna guerra/revolución, y una cantidad ingente de gente proveninente de bodas que se está haciendo fotos. Juro no exagerar si en 1 hora no vi al menos 20 vestidos de novia.
Dentro del parque está también la
Catedral Zenkov. Al parecer es el 2º edificio hecho íntegramente de madera más grande del mundo. Incluso dentro de la misma la vegetación era masiva.
A parte de esto, merecía la pena subirse a un teleférico (
Kök Töbe) que te llevaba a una montaña frente a la ciudad para poder tener unas vistas de la misma.
Y por último, el partido. Un estadio totalmente tomado por la policía y el ejército (a pesar de lo cual un espontáneo salto al campo). Más o menos unos 2.000 hooligans que no animaron mucho para lo que esperaba, pero muchíiiisimo más que los sosos aficionados locales (único cántico: "Khazakhstan!!", únicos gestos, la ola). Resultado: 0-4 para Inglaterra en un partido muy aburrido.
Menos mal que la noche kazaja da mucho más de sí, sobre todo si se acaba en un pub cubano con gente bailando salsa y bachata. Todo un espectáculo y muy divertido, sobre todo después de haberme acostumbrado a retirarme a las 3 de Dubai.
En resumen Almaty ha sido una grata sorpresa pero que no creo que mereciera la pena la cantidad de dinero que me he gastado (precios totalmente españoles). Muchas gracias a Raúl, Julia y Quique por recibirnos y acogernos.
Y más fotos
aquí.